Niebla y nieve en el paraíso bajo cero de Ferrari. Sólo unos pocos valientes se atreven a adentrarse en las pistas. Ganan altura y el telecabina se pierde entre la niebla. Esquían a tientas y aparecen al mediodía para el almuerzo en el Cascina Zeledra, a 1.700 metros. Un refugio entre pinos centenarios acostumbrados a soportar sin quebrarse toneladas de nieve. En la mesa, pasta, tiramisú y café. Espresso, por supuesto. En una mesa, Fernando Alonso apura el plato y le explica algo a Giancarlo Fisichella. Risas.
Termina la comida y el asturiano se retira al hotel. No se ha lanzado a la nieve aunque el año pasado una de las atracciones fue verle bajar como una bala por las laderas dolomíticas. Está lesionado. Una pequeña rotura de fibras y el consejo de los médicos le dejan sin ponerse el mono de esquiador. La cita buena de la semana es el viernes, el momento del eslalon gigante. No quiere perderse la competición con sus compañeros de escudería, aunque el «pinchacito» en la pierna le pide reposo.
«Llevo una semana sentado en el sofá», dice mientras desciende las escaleras hacia la puerta. No es del todo cierto porque, aunque sin su amada bicicleta y sin sus pachanguitas de fútbol, sí que ha trabajado en el gimnasio para ajustar su peso a las necesidades del coche por el regreso del kers.
No está Alonso ni mucho menos preocupado por la lesión. Dice que es algo habitual de los inviernos, sólo que en otras ocasiones el asunto no trasciende.
El asturiano anda tranquilo. Aquí conoce a todos, no hay de quien desconfiar. Devoró pasta en la mesa de Ferrari, junto a su mánager, Fisichella y Marc Gené. En la otra punta, Felipe Massa, escoltado por su hermano Dudu y los tres amigos que ya se han convertido en habituales de la semana blanca ferrarista. Hay escaso contacto entre los clanes de ambos pilotos.
Muy cerca anda la tropa de Ducati, con el estadounidense Nicky Hayden a la cabeza. Marlboro, patrocinador silencioso (no puede colocar su logo por la prohibición de anunciar tabaco) de Ferrari y Ducati, reúne a lo mejor de Moto GP y a la crema de la Fórmula 1.
Esta semana la estrella es Valentino Rossi. Ayer tuvo que madrugar (lo odia) para su primera rueda de prensa. «¿Qué tal tu primer día de rosso?», le preguntan desde una esquina. «Mal, no esperaba que me fuerais a preguntar tanto tiempo», la broma del muchacho de Tavulia da muestra de su carácter.
Rossi no se animó a subir al refugio para el almuerzo. Se quedó en el hotel. Por supuesto, tampoco esquió. Está en plena rehabilitación de una lesión en el hombro de la que le operaron en noviembre. «Hasta mayo no estaré perfecto», dice quien afronta como italiano el reto de hacer campeona del mundo a una moto italiana.
Adiós al duelo con Alonso en la nieve y también al esperado sobre el hielo. El nonacampeón de motos avisa de que no estará para la carrera de 4x4 en el lago helado de Madonna di Campiglio. Es probable que se vaya antes. En su primer día en la montaña Vale estuvo escurridizo. Incluso llegó a la «concentración» de Madonna con un notable retraso sobre el horario previsto. Según llegó, y en medio de una nube de fotógrafos, lo primero que hizo fue abrazarse con Fernando Alonso. Dos estrellas en casas hermanas.
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Mal toiempo en Madonna di Campligio pero, además, la lesión de Rossi, el hombro aún no está bien y Fernando con una pequeña rotura de fibras, corre peligro el duelo Fernando-Valentino según nos afirma Álvaro en este artículo (parece que no le habrá), Felipe parece está más con su hermano y amigos, este año espero que esté arriba donde debe dado el coche,
Termina la comida y el asturiano se retira al hotel. No se ha lanzado a la nieve aunque el año pasado una de las atracciones fue verle bajar como una bala por las laderas dolomíticas. Está lesionado. Una pequeña rotura de fibras y el consejo de los médicos le dejan sin ponerse el mono de esquiador. La cita buena de la semana es el viernes, el momento del eslalon gigante. No quiere perderse la competición con sus compañeros de escudería, aunque el «pinchacito» en la pierna le pide reposo.
«Llevo una semana sentado en el sofá», dice mientras desciende las escaleras hacia la puerta. No es del todo cierto porque, aunque sin su amada bicicleta y sin sus pachanguitas de fútbol, sí que ha trabajado en el gimnasio para ajustar su peso a las necesidades del coche por el regreso del kers.
No está Alonso ni mucho menos preocupado por la lesión. Dice que es algo habitual de los inviernos, sólo que en otras ocasiones el asunto no trasciende.
El asturiano anda tranquilo. Aquí conoce a todos, no hay de quien desconfiar. Devoró pasta en la mesa de Ferrari, junto a su mánager, Fisichella y Marc Gené. En la otra punta, Felipe Massa, escoltado por su hermano Dudu y los tres amigos que ya se han convertido en habituales de la semana blanca ferrarista. Hay escaso contacto entre los clanes de ambos pilotos.
Muy cerca anda la tropa de Ducati, con el estadounidense Nicky Hayden a la cabeza. Marlboro, patrocinador silencioso (no puede colocar su logo por la prohibición de anunciar tabaco) de Ferrari y Ducati, reúne a lo mejor de Moto GP y a la crema de la Fórmula 1.
Esta semana la estrella es Valentino Rossi. Ayer tuvo que madrugar (lo odia) para su primera rueda de prensa. «¿Qué tal tu primer día de rosso?», le preguntan desde una esquina. «Mal, no esperaba que me fuerais a preguntar tanto tiempo», la broma del muchacho de Tavulia da muestra de su carácter.
Rossi no se animó a subir al refugio para el almuerzo. Se quedó en el hotel. Por supuesto, tampoco esquió. Está en plena rehabilitación de una lesión en el hombro de la que le operaron en noviembre. «Hasta mayo no estaré perfecto», dice quien afronta como italiano el reto de hacer campeona del mundo a una moto italiana.
Adiós al duelo con Alonso en la nieve y también al esperado sobre el hielo. El nonacampeón de motos avisa de que no estará para la carrera de 4x4 en el lago helado de Madonna di Campiglio. Es probable que se vaya antes. En su primer día en la montaña Vale estuvo escurridizo. Incluso llegó a la «concentración» de Madonna con un notable retraso sobre el horario previsto. Según llegó, y en medio de una nube de fotógrafos, lo primero que hizo fue abrazarse con Fernando Alonso. Dos estrellas en casas hermanas.
lne
Mal toiempo en Madonna di Campligio pero, además, la lesión de Rossi, el hombro aún no está bien y Fernando con una pequeña rotura de fibras, corre peligro el duelo Fernando-Valentino según nos afirma Álvaro en este artículo (parece que no le habrá), Felipe parece está más con su hermano y amigos, este año espero que esté arriba donde debe dado el coche,
6 comentarios:
Vaya, no vamos a poder disfrutar de ver a Fernando ganando a Valentino... jeje...
Que se recuperen ambos pronto!
Nada parece un duelo gafado, recuerdo que Fernando antes no quería pero ahora acepta el reto dfestivo y Rossi ya sabemnos como es ese genio, jaja si a Rossi le gana poca gente pero Fernando es Fernando ajja,Rossi continúa su evolución poco a poco no comenzará al 100% ya lo ha dicho y lo de Fernando parece poco, un abrazo cavallino
bueno dicen que no es nada grave, pero igual debe protegerse, porque ya van a empezar los entrenamientos y neceseita estar bien.. saludos!
Yo creo qué sí podrá ser,además Fer ha esquiado hoy.Ya lo sabemos,no se puede estar quieto... :P
No es gran cosa y dice que es algo bastante normal en la preparación,que llegue bien a poner el coche que él sabe como, besos silf1
Jaj si no puede estar quieto, así que mucho no será, tengo tu vídeo en una entrada, gracias Mónica :-), besos
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