MADRID.- "¿Qué te crees, amigo?, yo aquí vengo a trabajar, no te confundas", así respondió Flavio Briatore a un redactor con ganas de entrevistarle desde la vertiente más frívola de su personaje. A la segunda pregunta sobre tangas, chicas y fiestas, el jefe de Renault cerró la vía con un golpe en la mesa. No le gusta al italiano que confundan su imagen social con su labor en la Fórmula 1, al frente de uno de los equipos campeones del último lustro.
En el circuito trabaja, a su manera, más como gestor que como hombre de válvulas, pero trabaja con intensidad. El glamour para la noche, para su barco, para su discoteca Billonaire al son de fanfarrias y Moët Chandon. Cerca del asfalto, firmeza, justo lo que exige, por ejemplo, Fernando Alonso, su empleado estrella, situado en el rincón opuesto al de la purpurina del mundo de las carreras.
En el carmín ha viajado Nelsinho Piquet en su año y medio en Renault, muy cómodo en el lado más sensual de la F1, hasta que terminó con la paciencia del patrón, que le despidió a voces en Hungaroring. Ahora, el piloto y su clan filtran un sucio recuerdo del pasado año, cuando Alonso ganó en Singapur, unas vueltas después de que, precisamente, Piquet se estrellara. Insinúan que el accidente fue provocado adrede para ayudar a escalar posiciones al español, despeñado por entonces.
La extraña historia encantó a la FIA y a su presidente, Max Mosley, que tienen a Briatore en la diana tras haber liderado el italiano la revuelta de los equipos este año. Este viernes deben decidir si investigan el asunto, con Renault lista para defenderse. Tras ser sancionada semanas atrás por un mal cambio de ruedas... esperan cualquier cosa. "Es una caza de brujas contra Flavio. Le tienen muchas ganas después del lío de la FOTA", dicen desde el entorno de Alonso.
Fría venganza de Nelsinho, muy dolido con el magnate de pelo cano y gafas azuladas. Las broncas entre ambos han sido sonadas. "Pobrecillo", susurraba una íntima del brasileño tras verle salir de la última reunión con Briatore, donde le firmó el finiquito. "¡Aprende de Fernando!", le espetó en alguna ocasión. Otra vez, cuentan, le llegó a agarrar de la pechera en un ataque de furia. No sólo era su rendimiento en la pista lo que desquiciaba al jefe, sino su otra vida en el 'paddock'. Flavio no quería volver a escuchar ninguna hazaña amatoria más de su piloto, ni ver dentro del 'motorhome' a sus amigas.
La relación se volvió insostenible, a pesar de que el hijo del campeón del mundo fue una apuesta personal del propio italiano, tan interesado en sus habilidades al volante como en el apoyo mediático y financiero que arrastraba el elegante jovencito. Éste, silencioso, miraba con respeto a su compañero y se quejaba después del diferente trato técnico que ambos recibían, siempre con ventaja para el asturiano. Una vez en el paro ha decidido disparar duro desde la barrera, con riesgo grave de quedar seriamente salpicado él mismo si el presunto amaño nocturno de Singapur tiene consecuencias finales. "¿Si te pido que atraques un banco y lo haces, tú no tienes responsabilidad después ante el juez?", pregunta en voz alta Bernie Ecclestone respecto al último escándalo que mece la Fórmula 1.
En el circuito trabaja, a su manera, más como gestor que como hombre de válvulas, pero trabaja con intensidad. El glamour para la noche, para su barco, para su discoteca Billonaire al son de fanfarrias y Moët Chandon. Cerca del asfalto, firmeza, justo lo que exige, por ejemplo, Fernando Alonso, su empleado estrella, situado en el rincón opuesto al de la purpurina del mundo de las carreras.
En el carmín ha viajado Nelsinho Piquet en su año y medio en Renault, muy cómodo en el lado más sensual de la F1, hasta que terminó con la paciencia del patrón, que le despidió a voces en Hungaroring. Ahora, el piloto y su clan filtran un sucio recuerdo del pasado año, cuando Alonso ganó en Singapur, unas vueltas después de que, precisamente, Piquet se estrellara. Insinúan que el accidente fue provocado adrede para ayudar a escalar posiciones al español, despeñado por entonces.
La extraña historia encantó a la FIA y a su presidente, Max Mosley, que tienen a Briatore en la diana tras haber liderado el italiano la revuelta de los equipos este año. Este viernes deben decidir si investigan el asunto, con Renault lista para defenderse. Tras ser sancionada semanas atrás por un mal cambio de ruedas... esperan cualquier cosa. "Es una caza de brujas contra Flavio. Le tienen muchas ganas después del lío de la FOTA", dicen desde el entorno de Alonso.
Fría venganza de Nelsinho, muy dolido con el magnate de pelo cano y gafas azuladas. Las broncas entre ambos han sido sonadas. "Pobrecillo", susurraba una íntima del brasileño tras verle salir de la última reunión con Briatore, donde le firmó el finiquito. "¡Aprende de Fernando!", le espetó en alguna ocasión. Otra vez, cuentan, le llegó a agarrar de la pechera en un ataque de furia. No sólo era su rendimiento en la pista lo que desquiciaba al jefe, sino su otra vida en el 'paddock'. Flavio no quería volver a escuchar ninguna hazaña amatoria más de su piloto, ni ver dentro del 'motorhome' a sus amigas.
La relación se volvió insostenible, a pesar de que el hijo del campeón del mundo fue una apuesta personal del propio italiano, tan interesado en sus habilidades al volante como en el apoyo mediático y financiero que arrastraba el elegante jovencito. Éste, silencioso, miraba con respeto a su compañero y se quejaba después del diferente trato técnico que ambos recibían, siempre con ventaja para el asturiano. Una vez en el paro ha decidido disparar duro desde la barrera, con riesgo grave de quedar seriamente salpicado él mismo si el presunto amaño nocturno de Singapur tiene consecuencias finales. "¿Si te pido que atraques un banco y lo haces, tú no tienes responsabilidad después ante el juez?", pregunta en voz alta Bernie Ecclestone respecto al último escándalo que mece la Fórmula 1.
elmundo
Lo vengo avisando en el blog, Max tiene cuentas pendientes con Flavio, se ha significado en el movimiento que le hace irse, Y NO QUIERE IRSE, que diga lo que quiera ese cínico, se está agarrando a algo absurdo, le vale cualquier cosa para intentar jorobar a Flavio, esa orden no la da nadie, y si se da hay un borrrego, sin ningún crédito, obedeciéndola, si te dicen tírate al río y lo haces también eres culpable, Piquet está sentenciado en la F1, quien le va a fichar, nadie evidentemente, estab fenomenal mientras el bicampeón peleaba los puntos, pero no empezó a quejarse y no para, es un idiota´, iba a decir, útil, pero más bien debería decir inútil, váyase a la basura Piquet que es su sitio.
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