Los huevos fritos de Alonso

26 DE MARZO.- Hay una anécdota imprescindible en la futura autobiografía de Fernando Alonso. Comienza su novena temporada en la Fórmula 1 y acumula ya un buen puñado de historias. Su libro recogerá sacrificio, enemigos y traiciones, velocidad y pasión. Quizá en un capítulo, el piloto español hablará de su relación con los coches, sus monturas, a las que mima y mejora con eficacia. Se ha ganado a golpe de progreso la fama de orfebre con los monoplazas. Los hace mejores, los conoce, interpreta sus reacciones y no suelen engañarle: sabe cuándo conduce un coche poderoso, un pura sangre.

La noche del 6 de marzo de 2005 cenaba tranquilo en Melbourne, después de la primera carrera de la temporada. Había finalizado tercero, tras una espectacular remontada desde el puesto número 13. Firmó la vuelta rápida y su compañero entonces, Giancarlo Fisichella, se llevó la carrera. Horas después, ante un plato con un enorme filete y dos huevos fritos comía rápido, con la cabeza todavía en lo sucedido en la pista. De repente, paró y miró a su compañero de mesa, Luis García Abad, su manager. Le dijo: "Este año gano el Mundial. El coche va". Y siguió comiendo. Las sensaciones de aquel R25 le transmitían seguridad. Acertó en el pronóstico. Seis meses y medio después se coronó como el campeón del mundo más joven de la historia, primero de sus dos títulos.

Marzo de 2009, previa del comienzo de uno de los mundiales más igualados e imprevisibles de los últimos años. Falta el veredicto de Alonso ante los huevos fritos, pero todos los mensajes que ha enviado el asturiano en la pretemporada invitan a pensar que se ve como uno de los favoritos. El extraordinario vuelco al reglamento y la mejora de Renault en los últimos meses, desde el final de la pasada temporada, son los dos argumentos que maneja para situarse en la quiniela de los aspirantes: "Hemos preparado el campeonato mejor que nunca", dijo en Albert Park, tras revisar el circuito y reunirse con sus mecánicos para afinar el monoplaza de cara a los primeros entrenamientos libres y a la clasificación de mañana (08.00 hora española).

El regreso de las ruedas lisas favorece el golpe de volante agresivo del bicampeón, también la eficacia de los técnicos de Renault para maniobrar en los límites de la nueva normativa. El R29 ha sido uno de los coches con mejores resultados en invierno. El gran golpe político de Flavio Briatore, que consiguió permiso exclusivo de la FIA para descongelar su motor y subir la potencia, ha sido el impulso clave a un monoplaza pobre en lo estético pero que invita al optimismo.

Esta semana, el ex piloto Martin Brundle, actual comentarista deportivo, remarcó el papel del piloto: "Renault parece que tiene un buen coche. Y está Alonso, la mayor garantía para pensar en que puede volver a ganar el título". El español espera también aprovechar el descontrol inicial que se prevé, con grandes marcas, como McLaren, despistadas, y otras recientes sorpresas, como Brawn GP, con mucho que demostrar. Su plan, como siempre, es la regularidad: comenzar fuerte y no perder la racha de puntuación. Después, en la pista, a codazos.

Los dos pilotos de Ferrari demuestran ya hastío ante el soniquete incesante de que uno de los dos será sustituido por el ovetense en 2009: "Alonso, Valentino Rossi... quizá mi padre conduzca en Ferrari el año que viene", protestó Massa. Los coches rojos, si Raikkonen despierta –ha prometido no beber ni una sola gota de alcohol durante toda la temporada–, serán enemigos de Renault, como BMW, con un Robert Kubica cada vez más asentado en la escudería alemana como líder. Alonso espera también a Sebastian Vettel, con el afilado Red Bull.

Enemigos en cada curva, con el pedal a fondo, y un objetivo por el que acelerará: la triple corona mundial, la que portó Ayrton Senna.

elmundo

me gusta esa anécdota que se cuenta aquí, la de que estaba comiendo y le dice a Abad que ese cache va a ganar y es que hay otra con mi amigo Jesús, el 23 de Diciembre de 2004, ese mismo año, va fernando con su padre al visitar a los niños del maternidad de la residencia Sanitaria de Oviedo, les lleva dos regalos una gorra de Renault y un osos con los colores de renault, en realidad les hace más regalos, también su presencia y como llevaba consigo un fotógrafo dos fotos firmadas para cada niño que les regaló luego, se las envió a su casa q, que para eso pedía las direcciones, mi amigo Jesús le preguntó en un momento determinado cómo iba a quedar en el mundial y él dijo que iba a ganar, pensó Jesús, en aquel entonces. sí con ese Renault, pues bien es igual que esa otra anécdota, ahora está contento sabe que tiene coche, el único problema, ahora mismo, es el de las escuderías con esos difusores si esto sigue así, aunque hay que tener en cuenta la evolución de la escudería propia y si éstas pueden continuar con algo que está en entredicho, él se mueve muy bien con las lisas, lo dicho muy grande Fernando tanto que sabe como va a quedar y nos lo ha demostrado ya varias veces