Maldito Kobe, repuntan los Magic

ORLANDO.- Debió de emocionarse Florent, venido desde España anteayer para el primer partido de la final en Orlando, cuando escuchó, a 17.800 estadounidenses bramar en homenaje Mickael, hermano de Florent, ambos Pietrus y jugadores de baloncesto, el primero del Pamesa, el segundo, el famoso, del equipo que acaba de alterar el pulso de la final de la NBA.

Del 3-0, anticipo de victoria, la serie muda al 2-1, reflejo de un anillo sin dueño. Pietrus, con un mate para remachar el tiro errado por Turkoglu (101-99) y dos tiros libres después (106-102) puso la directa hacia el primer triunfo de su equipo.

El pabellón se puso firme para agasajar a su héroe, mientras Kobe Bryant seguía dándose golpes en la cabeza, sentado en el banquillo, ídolo y villano en la misma tarde, primero combatiendo solitario y victorioso al rival, después rompiendo el puente hacia el triunfo.

Los Magic, el mismo conjunto que firmó un pésimo 29% en tiros de campo en el primer duelo, que se adecentó en el segundo acto hasta el 42%, despegó ayer hasta el 75% a la altura del descanso. A ese máximo histórico tuvo que llegar para dominar por sólo cinco puntos a los Lakers, una prueba de cuánto exige el favorito.

Orlando ha comenzado a hacer bien mucho de lo que arrastraba como pecados. Resurge Dwight Howard (5/6 en tiros de campo), resucita Alston como base de impacto (20 tantos), Pietrus ajusta su defensa sobre Bryant y Turkoglu y Lewis mantienen su precisión, extendida como pócima sobre el resto del colectivo. 24 dianas en 32 intentos en los dos primeros cuartos, un asombro que aún se traducía en una ventaja escasa porque enfrente burbujeaba Kobe Bryant.

Sus últimos seis minutos del primer parcial son ejemplarizantes de la distancia entre los humanos comunes y los ungidos. En ese bocado de tiempo anotó 17 puntos, incluido un triple con un jugador cayéndosele en el costado. Sólo cometió tres fallos en 10 lanzamientos y entregó tres asistencias. Eran los momentos de ver para creer, del Kobe supremo. Sin embargo, cuando en el segundo cuarto, Pietrus logró contenerle, la producción angelina se ralentizó. Ese ritmo de crucero de la gente de morado coincidió con el acelerón de los Magic.

Rashard Lewis, ese pívot de mentira con alma de tirador, resume los plazos del encuentro. Un martilleo doble desde el triple asentó a los Magic en el liderazgo (57-54, min 23), otro de sus disparos desde la distancia alejó a los Lakers por primera vez de manera amplia (77-69, min. 34) y un cuarto... Perdón, que no lo dieron como triple, después de darlo. Ahí va la explicación:

Los Lakers, a lomos de Farmar, Odom y Gasol (correcto en el inicio y notable en el último cuarto), habían achicado el agua hasta empatar el encuentro 25 minutos después (99-99, precisamente con dos tiros libres del español). Apareció Pietrus con su mate, puso un libre Alston, contestó Gasol y el encuentro arribó al momento estremecedor. Entonces, Rashard Lewis apuntó desde lejos, pero con la puntera pisaba la línea, determinaron los árbitros tras consultar el vídeo. No obstante, 104-101, un abismo con 1:06 minutos por disputar y la maldición persiguiendo a Bryant, abandonado por las hadas desde el final del primer cuarto.

El escolta, que había anotado 17 tantos en seis minutos de perfección, sólo sumó 14 en el tiempo de excesos que siguió (cuatro aciertos en 15 tentativas). Especialmente, encalló en el remate. Falló un triple con 101-99, erró el quinto de sus 10 tiros libre con 104-101 y perdió el balón con 104-102, a 28,7 segundos del final. Aún tuvo tiempo de fallar otro triple, aunque ese ya desesperado, como estaban los Magic, ahora recolocados en el mapa de la final

elmundo

Es lo normal ene stas finales que se juegan a varios partidos, ahora vencerán los Lakers wen ek siguiente, Kobe seá la estrella junto con Pau, no psas nada, lo normal es lo que ha sucediodo, el 3-0 no era normal, el anillo está cerca.