Pues la victoria de Stéphane Peterhansel no fue tal, y su récord subió y bajó de los libros de los récords como esas luces moradas que los vendedores ambulantes tiran al aire en la Plaza Mayor.
La especial Pisco-Pisco se había cerrado con el triunfo de Monsieur Dakar, que le metía una minuta, entre otros, a Carlos Sainz. Exactamente 18:06. El GPS parecía haber sido la clave. Y la ruina. "Tenemos que mirar bien el GPS, porque es posible que esté fallando. En algunos puntos hemos pasado dos o tres veces sin validarlos. Pensamos, da igual, seguimos, pero tras 15 km volvió a funcionar con normalidad. No sé muy bien lo que puede ser, habrá que estudiarlo", lamentaba Sainz.
Su gesto era de disgusto. Así que, nada más bajarse del buggy del Qatar Red Bull Team y atender a la prensa se fue a Dirección de Carrera, donde reclamó que el GPS, que entrega la propia organización a cada vehículo participante, no saltó en el way point donde, precisamente, estaba el director de carrera.
Reuniones, análisis del aparato en cuestión, y finalmente una decisión que daba la vuelta a la clasificación como a un calcetín. Sainz era declarado el ganador de la segunda etapa y eso le servía para mantener el liderato del Dakar.
Fue el propio director de carrera, Francis Murac, quien así lo comunicó en una nota oficial del raid. Se restaba 21 minutos y 26 segundos del tiempo final de Sainz en la etapa, que quedó en dos horas, 32 minutos y 15 segundos.
Con este crono, el madrileño superaba en más de tres minutos a Peterhansel, en principio el vencedor del día. Además mantiene el liderato en la clasificación general con una ventaja de 5:05 sobre el piloto del Monster x-Raid. Detectada la "disfunción" del GPS, se hizo justicia. Y Sainz recobró el ánimo.
As
Si falló el GPS que aporta la organización es justo que se corrija el tema, me alegro por Carlos y espero que algo así no vuelva a suceder
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