Severiano Ballesteros, uno de los más grandes jugadores de golf de todos los tiempos, ha muerto esta madrugada en su casa de Pedreña (Cantabria) a los 54 años, tras haber luchado durante los últimos dos años y medio contra un tumor cerebral.
El fallecimiento de Seve se produjo sobre las 02.10 horas (00.10 GMT), explicó en la puerta del domicilio su hermano Baldomero, quien declinó hacer más declaraciones y pidió que se respete la intimidad de la familia en estos momentos.
Ganador de dos Masters de Augusta, tres Abiertos Británicos y cuatro Ryder Cup y Premio Príncipe de Asturias de los Deportes, Ballesteros había puesto fin a su carrera en 2007, incapaz de superar su dolor crónico de espalda y de recuperar el nivel de juego que le había hecho mundialmente famoso en los años 80 y 90.
En octubre de 2008 se le detectó un tumor cerebral que le obligó a pasar cuatro veces por el quirófano. En las últimas semanas, su salud se había ido deteriorando progresivamente y, de hecho, el viernes su familia anunció que había sufrido un empeoramiento severo de su condición neuronal.
Ballesteros acumuló 87 títulos, 50 de ellos en el circuito europeo, y supuso para el golf continental el impulso que tanto necesitaba a finales de la década de 1970. Junto al británico Tony Jacklin fue directamente responsable por revivir la suerte de Europa en la Copa Ryder, una competición bianual.
El cántabro se convirtió en una figura paterna en el golf español y sustituyó al estadounidense Arnold Palmer como la figura más llamativa y carismática del mundo. El 'Matador' español emocionó a los aficionados al golf con su estilo bravucón, toque mágico en el green, creatividad y pasión por el deporte.
Desde los siete años, usaba un hierro tres en la playa cercana a su casa en Santander y eso le ayudó a dominar el arte del tiro a las puertas del green, un truco que utilizó durante toda su carrera.
Swing extraordinario
Ballesteros saltó a la escena internacional, prácticamente sin avisar, en el Abierto Británico de 1976, como un talento en bruto de 19 años con un 'swing' extraordinario que parecía girar 360 grados. Ese 'swing' exuberante casi le hizo perder el equilibrio por el ímpetu en muchas ocasiones, mucho después de que la bola saliera disparada.
Seve no ganó esa semana en el Royal Birkdale -fue derrotado por el estadounidense Johnny Miller, que entonces era el jugador dominante del circuito, pero quedó en claro que había nacido una estrella y el golf europeo volvía a convertirse en un rival de Estados Unidos por primera vez en años.
En 1979, el talentoso español ganó su primer Abierto Británico en Royal Lytham tras conjurar mágicos golpes en todos los rincones del campo. El estadounidense Ben Crenshaw, bicampeón del Masters y un estudioso del juego, dijo de Ballesteros: "Seve consigue golpes que yo ni siquiera veo en sueños".
En 1980, Ballesteros ganó su primera chaqueta verde en el Augusta National, convirtiéndose en el primer europeo que logró la victoria en el Masters desde su edición inaugural en 1934. Tres años más tarde volvió a reinar en Augusta y en 1984 de nuevo levantó el preciado trofeo del Abierto Británico en el hogar del golf, St Andrews. En 1988 ganó su quinto 'major' en el Abierto Británico en Royal Lytham. Con 31 años, parecía que alcanzaba lo que sería su plenitud como golfista.
elmundo
Un GRANDE de su deporte, nuestro mejor golfista, ejemplo de deportista y persona Seve nos ha dejado descanse en paz un día muy triste para todos
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