Contador contenta a los Schleck

MADRID.- Es puro nervio. Alberto Contador no concibe una carrera en la que deba permanecer siempre a rueda. Dice que se le fue la mano en la 17ª etapa, una ruta alpina como Dios y la memoria de Henry Desgrange mandan, sin 'afeitados' al uso. Con el maillot amarillo perfectamente ajustado, el 'pistolero' de Pinto resistió, junto con su compañero Andreas Klöden, los ataques de Andy Schleck, el segundo corredor más fuerte del Tour. A dos kilometros de coronar la última montaña del programa, la Colombière, estalló en un ataque que le hizo más daño al alemán de su equipo que a los hermanos luxemburgueses, que viajaban juntos desde que la guerra abierta estalló en las faldas del col de Romme. Al final, limosnearon la victoria de etapa y se adjudicó el mayor de la pareja, Frank. Vídeo
Haber dejado a Klöden tan tirado arrastró dos consecuencias: una, la eliminación de un Astana del podio -en ese momento era virtualmente el segundo-; dos, la pérdida de toda opción de que el madrileño ganara su segunda etapa en un Tour que domina con una autoridad incontestable. "Me queda un sabor agridulce", dijo el de Pinto tras una etapa que para él terminó favorablemente. Al 100%: tiene el triunfo prácticamente hecho.
Como Armstrong se había quedado previamente en un grupo trasero durante la ascensión al Romme, vigilante de otros nobles de la clasificación general como el joven Vincenzo Nibali y el renovado Bradley Wiggins, el texano también se cayó provisionalmente del cajón de París.
La nueva clasificación general, que abre un paréntesis luxemburgués entre el primer puesto de Contador y el cuarto de Lance Armstrong, no cerrará por completo las probabilidades de que los compañeros del líder recuperen sus plazas perdidas en la contrarreloj de este jueves en Annecy, para así culminar el sueño 'imperialista' de Johan Bruyneel: terminar su relación con Astana metiendo a tres de los suyos en el podio de París.
La dureza del viaje entre Bourg Saint Maurice y Le Grand Bornand despedazó a la mayoría del pelotón, que en 170 kilómetros escasos se traspasó con el frío inicial en las cumbres, intentó sortear descensos resbaladizos y caídas duras, peleó contra la ley de la gravedad en pendientes de más del 10% y descubrió, en general, las debilidades del género humano. Eso, del primero al último., que ya no es el accidentado Kenny Van Hummel, evacuado al hospital.
Las cosas serias se iniciaron en el inédito puerto de Romme, el cuarto de los cinco a atravesar, donde atacó desde la base Carlos Sastre, insistente pero incapaz de ganar terreno. Cuando Andy Schleck contraatacó y los primeros de la general se unieron a la pandilla de destacados, el ganador del Tour 2008 se vino abajo literalemente, hasta formar un pelotón ya muy retrasado en la subida a La Colombière. Un pinchazo, después, le relegó a un grupo aún más deshauciado.
En esa ascensión ya quedó dibujado el desenlace final: los hermanos Schleck, Contador a su estela y Klöden que se vino abajo con el acelerón del madrileño. En su descargo, porque las críticas le lloverán ahora en el Astana, su conversación previa con el alemán, en la que le informó de sus intenciones antes de soltar ese hachazo duro y despiadado que muy pocos, a veces nadie, son capaces de digerir.
Al final, con cierto aroma a 'pasteleo', ganó Frank Schleck. Y los hermanos se contentaron con un triunfo que dará lustre a la buena actuación general del Saxo Bank en la 'carrera de las carreras'.
Control y desgracias
Astana y Saxo Bank se repartieron los cromos para controlar la carrera, con una escapada de 22 hombres más otro más que se pasó en cabeza tres de los cinco que había que atravesar. Era un velocista, Thor Hushovd, y practicamente dejó sentenciado su triunfo en la clasificación final del maillot verde.
Entre el pelotoncillo de perseguidores hubo cuatro del Euskaltel, que fueron tres por el tremendo porrazo que sufrió Amets Txurruka en una curva maldita. En ella estuvo a punto de salirse Hushovd minutos antes y se cayó Denis Menchov al tiempo que el vasco. Metido en el grupo de revoltosos para dar fe de su presencia, al ruso le cayeron todos los males: dos caídas, un esfuerzo supremo por remontar, exhibiciones por encima de las medianas de las avenidas urbanas... Y un par de pinchazos para subrayar el fario.
En cualquier caso, dio igual, porque los 22 no perseguían literalmente al escapado Hushovd, que se hinchó a cocacolas en cuanto pasó por el último sprint puntuable para la regularidad. En cuanto al Saxo y al Astana les vino en gana, el grupo de favoritos se arrimó y acabó con cualquier candidato a la victoria que no fuera de uno de esos equipos.
La contrarreloj de Annecy, de 40 kilómetros y medio, debe servir para que Contador y los Astana limen algún minuto a los Schleck. A pesar de que el Mont Ventoux aparece en el horizonte del próximo sábado, las batallas que restan están más dirigidas los puestos inferiores del podio que al primer puesto. Alberto Contador va derechito a su segundo Tour y a su cuarta 'grande' consecutiva sin fallo.

elmundo

El Asrana no estará contento, su jefe de filas, porque ha perdido el podio, de Lance, que por cierto ha estado bien, dada su edad ha sabido aún recuperar tiempo hoy, y de Kloden, este último, ha ayudado a Lance en Suiza y Alberto que podía haber sacado más tiempo ha hablado con él y le ha dicho que iba a atacar, luego se visieron con él los dos hermanos Schleck que han hablado con Alberto y les ha dejado ganar la etapa, Aleberto siempre mirando a ver si venía Kloden, que Bruyneell no se queje, tiene a Alberto para vencer en el Toir y los demás deberían haber estado a su servicio desde el principio, hoy no ha ganado más tiempo por causa del equipo, que Kloden hubiera respondido, ya que sabía lo del ataque y ya está, no tiene culpa de nada, solamente es culpable de estar en un equipo que tienen muchos gallos y al director no claramente con él, como debería ser dado lo campeón que es, ha hecho tan buena etapa que sin seguoir el ataque tiene al segundo Andy Scheck a 2,26, mañana etapón contrarreloj que puede ganar Alberto, creo que la ganará