lunes, 5 de enero de 2009

Cómo sería tu Fórmula 1 ideal




Pilotos, mandatarios, representantes, mandamases… Todos han hablado ya sobre las nuevas medidas para reducir los costes y aumentar la emoción en la Fórmula 1. ¿Pero alguien les ha puesto un micrófono a los aficionados? Es hora de hablar, de pedir, de imaginar y, por qué no, de soñar cómo cambiar nuestra Fórmula 1 para bien pues, al fin y al cabo, nosotros somos quienes la mantenemos. Habla, aficionado.
SoñemosMedallas, congelación de motores, prohibición de entrenamientos, el KERS… Las propuestas de la FIA y la FOTA son abundantes. Algunas han caído mejor que otras pero, aunque la Federación asegura que consultará la reacción del público ante sus propuestas, de momento ninguno de esos aficionados tiene voz ni voto. Por lo que sólo nos queda imaginar. Y para eso estamos. ¿Cómo podríamos convertir la Fórmula 1 en un deporte (relativamente) barato y al mismo tiempo emocionante?
Este es sólo un grupo de propuestas, algunas recogidas de la voz casi siempre olvidada del aficionado, otras sólo invenciones propias que tratan de buscar soluciones, pues imaginar es gratis. Pero este no es un artículo cerrado: es interactivo y cada uno puede dar su opinión, siempre respetuosa, para enriquecernos y, por qué no, corregir posibles fallos que han pasado inadvertidos y presentar otras propuestas. Construyamos nuestro propio deporte. Ahí van algunas ideas.
La nueva Fórmula 1 olímpicaUno de los puntos más importantes para que un mundial sea interesante es el sistema de puntuación. Las pseudo olímpicas medallas de Ecclestone simplemente resultan insultantes contra el espíritu de un deporte de más de medio siglo de vida. Pero también parece oportuno reestructurar el sistema de puntos. En la actualidad, la diferencia entre el primer y el segundo clasificado no es realmente excesiva: dos míseros puntos.
Fue en plena época Michael Schumacher, cuando el alemán y Ferrari arrasaban carrera sí y carrera también, cuando igualaron la puntuación entre los tres primeros clasificados para tratar de ponérselo más difícil al alemán. Se pasaba así de los tradicionales diez puntos para el primero y seis para el segundo a diez para el primero y ocho para el segundo. Un intento de igualar mundiales que ahora resulta negativo, al menos para la FIA: Lewis Hamilton ha ganado su primer mundial con una victoria menos que Felipe Massa.
El problema planteado no es simplemente un reparto de puntos, sino el valor que se le da a una victoria, a un segundo puesto, a un tercero, etc. En fútbol, se gana o se pierde un partido. En Fórmula 1, se puede terminar primero, o quinto, o tercero… Es necesario establecer un orden, una importancia para cada puesto. Es evidente que una victoria tiene más importancia que un segundo puesto, ¿pero cuánta? ¿Dos puntos de diferencia? ¿Tres? ¿Diez? ¿Cien? Según esa diferencia, el mundial puede cambiar de propietario.
¿Cómo resolver más justamente este problema? Quizá, aumentando drásticamente la diferencia entre los puntos logrados por el primer y el segundo clasificado. Un piloto regular, por mucho que lo sea, prácticamente no podrá ganar un mundial si no consigue también ganar varias carreras a lo largo del año. De la misma manera, se podría aumentar el reparto de puntos hasta el décimo clasificado (o más allá), lo que supondría un buen espaldarazo a los pequeños equipos que sobreviven simplemente gracias a uno o dos puntos anuales.
Circuitos de verdadHay que reducir costes. Pero también hay que mantener la afición. ¿Qué clase de incentivo supone al aficionado visitar circuitos como el de Shanghái, el de Turquía o el de Bahréin? ¿Por qué no volver a Imola, Suzuka o Montreal? Los mastodónticos circuitos de Tilke impresionan de grandeza, pero sobre la pista apenas suponen un desafío comparable a los antiguos trazados. ¿Se imaginan un mundial con Imola, Suzuka, Brand Hatch, Dijon, Montreal, el antiguo Hockenheim…?
Pero no; a Ecclestone le dio la fiebre de construir trazados, como si no hubiera ya suficientes levantados. Es imposible reproducir la chispa de los viejos circuitos en los autódromos ultramodernos que, si bien hacen falta para renovar el mundial y no convertirlo en un deporte retrógrado, tampoco se entiende que se sustituyan los trazados más espectaculares y míticos de este deporte. Los intereses políticos y económicos siempre mueven este tipo de decisiones, pero habrá que insinuarle a Bernard que no sólo el dinero manda; el espectáculo y (por ende) el público, también.
Pero si realmente es imposible eludir los compromisos políticos y hay que visitar nuevos países, ¿por qué no construir circuitos distintos? En vez de los típicos trazados modernos, en donde los cambios de rasantes, las eses y las curvas enlazadas brillan por su ausencia, ¿por qué no crear auténticas montañas rusas, curvas que lleguen de verdad a los corazones de los aficionados y trazadas que supongan en sí mismas un desafío digno del deporte rey del automovilismo mundial? El Algarve parece haber superado la prueba con unos desniveles impropios de Herman Tilke.
Sólo en el recuerdo quedan otras curvas destrozadas por la enfermiza manía de la FIA de implantar insulsas chicanes. Los grandes curvones, los virages peraltados y los rasantes ciegos brillan por su ausencia en el mundial actual, con contadas excepciones; la imaginación parece escasear en los ingenieros. Pero se puede jugar con muchos elementos a la hora de diseñar un circuito de carreras: puentes, rectas, bajadas y subidas, ángulos ciegos… La seguridad seguiría siendo primordial, sin implantar chicanes, sino ampliando las escapatorias y alejando los muros de protección. Y es que el escenario siempre es importante para representar una buena obra.
Invertir los puestos en la parrillaOtro tema que se ha comentado sobradamente son los entrenamientos oficiales. Las sesiones de clasificación del sábado han variado durante los últimos años sin llegar a un acuerdo unánime. Se ha planteado incluso la posibilidad de realizar dos carreras: una, el sábado; otra, el domingo. Pero a nadie parece convencerle el hecho de tener dos carreras por fin de semana. Por eso, otra propuesta es que en los entrenamientos oficiales se repartan puntos a los diez primeros clasificados, de modo que fueran válidos para el mundial y se pudiera invertir las posiciones el domingo en la parrilla de salida: el décimos saldría el primero; el noveno, segundo, etc. Los adelantamientos en la carrera serían más abundantes al descolocar en la parrilla a los más rápidos, tal y como ocurre actualmente en categorías inferiores, y la emoción estaría servida, dando también más oportunidades a otros pilotos y escuderías para lograr resultados, promocionándoles y, además, ayudándoles económicamente al serles más fácil puntuar. Los estrategas tendrían que devanarse los sesos para trazar estrategias que les permitan salir de un gran premio con la mayor suma de puntos posibles, por lo que incluso sería posible prohibir los repostajes (tal y como quiere la FIA para los próximos años) sin que se viera perjudicado el baile de estrategias. Quien marcara la pole position se llevaría una buena suma de puntos, pero deberá remontar en carrera para demostrar que no sólo su coche es rápido, sino que también sabe adelantar sobre la pista.
Regar el asfaltoNadie duda de que las carreras más emocionantes son las mojadas por la lluvia. Ante un piso resbaladizo, de poco valen los alerones y la potencia extrema. La lluvia iguala mecánicas y sólo las mejores manos son capaces de desenvolverse óptimamente. El año pasado, la lluvia hizo las delicias visitándonos en más ocasiones de las normales: Mónaco, Silverstone, Spa, Monza… Circuitos míticos que, aderezados por la lluvia, completaron carreras ya inolvidables. El mismo final del mundial fue un espectáculo por la lluvia. No es extraño que a más de un aficionado se le haya pasado por la mente empapar artificialmente un circuito para animar una carrera. Eso ya no es ciencia ficción: el nuevo trazado portugués del Algarve cuenta con un sistema de aspersores tecnológicos capaces de simular condiciones de lluvia reales. El Algarve abre las posibilidades de soñar con decidir si una carrera será sobre mojado o sobre seco. Aunque la pista portuguesa sólo tiene dicho sistema para pruebas, ¿quién sabe si la FIA se animará e implantará dichos aspersores en alguna carrera? Eso sí, la federación debería anunciar a los equipos tiempo antes si inundará o no el trazado, pues podría pensarse en favoritismo para beneficiar a uno u otro piloto si, de repente y en plena carrera, los aspersores comienzan a inundar el trazado según qué monoplaza fuera en cabeza. Se podría instaurar, por ejemplo, tres o cuatro pruebas obligatorias sobre mojado al año (sin contar con la lluvia natural), a decidir antes de iniciar el mundial. Y es que, ante la crisis, no sólo los recortes, las prohibiciones, las limitaciones y los presupuestos mandan. Antes que nada, por encima de todo, la imaginación tiene la clave. Usémosla.


f1.com


Me gusta mucho este artículo, ahora bien en cuanto a las medallas, mne parecen una soberana tontería, la diferencia de puntos e incluso ampliar alguno más para que algunas escuderías no se vayan a coer me parece bien, la diferencia entre el primero y los demás creo que si puede ser mayor, incluso es deseable pero no tan grande que la regularidad no reciba ningún premio, no debemos olvidarnos que los coches no son iguales y mucha diferencia en ese apartado daría el mundial siempre a las mismas escuderías, vamos al que puede aprovechar una superioridad, se la daría mucho más claramente, creo que la regularidad merece premio también.


En cuanto a los circuitos, totalmente de acuerdo, no es que los ingenieros no sepan diseñarlos es que se los dadn al amigo de Ecclestone y los diseña parecidos, los múiticos deberían de estar ahí, son historia de la F1, y el mundial que menciona el artículo sería una pasada.


La inversión de los puestos de parrilla es bastante complicada, ya que es muy difícil adelantar en los circuitos actuales, ya puestops a pedir que salgan en orden inverso a la clasificación de pilotos, no te fastidia, buen en cuanto a que los ocho primeros salgan en orden inverso, quizás con coches más igualados, el artículo lo dice la f1 lleva muchos años ya y ha sobrevivido, con muchos menos aficionados, pero muy buenos, antes del boom actual, engancha, no necesita de eso, quizás si megustaría conocer, como están haciendo ahora, más a la ingeniería que hay detrás.


Lo de los aspersores, sabiendo como se las gasta la FIA, llivia a gusto del consumidor, no creo que deba usarse aunque exista la tecnología, ahora mismo influye la misma en las estrategias, hemos visto cambios de neumáticos erróneos, con fernando mismamente y siendo de forma incontrolada tiene su emoción, su encanto, no es lo mismo, ¿ se sortearían los circuitos a ver cual sería con agua?, ¿ serían todos con agua?, me parece que aquí se columpia un poco el autor del artículo.


2 comentarios:

pro_magicalonso dijo...

Mi F1 ideal, pues no se, pero lo que si se es que estaba contenta con la que había y por supuesto que las medallas son una tontería. Un abrazo

silvo dijo...

Los cambios, si se llevan a cabo que sean pra mejor.

Un abrazo