Fernando Alonso ya llevaba algunos minutos secándose en su camarote cuando se supo que la carrera de Malasia estaba terminada. A esas alturas, después de más de media hora con los coches a la expectativa en plena recta, Kimi Raikkonen, camiseta limpia y pantalones cortos, mordía tranquilamente un helado en el recinto de Ferrari. Así que la victoria fue para Button, líder cuando el chubasco que castigaba Sepang tomó tintes monzónicos y el director de carrera, Charlie Whiting, decidió pararla. El inglés de Brawn ganó ante la bandera roja y sólo pudo anotarse cinco puntos porque en la vuelta 32, cuando el chaparrón detuvo el espectáculo, no se habían cubierto las tres cuartas partes de la prueba, distancia mínima para entregar todos los puntos y no la mitad, como pasó ayer. A esas alturas, Alonso ya no se preocupaba del reparto porque no había pasado de la undécima posición, tras un mini Gran Premio repleto de circunstancias adversas. Al asturiano no le sirvió de nada su espectacular salida, del noveno al tercero en un suspiro. Ni siquiera resultó efectivo salir cargado de gasolina hasta los topes y fraguó su desgracia con un inhabitual error de pilotaje que le mandó a la gravilla cuando la pista empezaba a estar resbaladiza. La Fórmula 1 pagó con una suspensión de carrera el retraso de la salida a las cinco de la tarde locales en busca de un horario aceptable para la retransmisión televisiva en Europa. Curioso inicio de campeonato. La primera carrera termina al ritmo del coche de seguridad y la segunda, ni siquiera se llega a completar. Cuando cae la tarde es la hora de las tormentas en Sepang, territorio selvático donde emerge el imponente circuito, a una hora en coche de la capital, Kuala Lumpur. La locura se desató con las primeras gotas, al afrontar los equipos el cambio de neumáticos. Antes de ponerse en manos de los mecánicos, Button ya mandaba en la carrera y Alonso era quinto, en los instantes previos a su excursión por la gravilla de la curva ocho. El desfile masivo por la calle de los garajes devolvió a casi todos a la pista con las ruedas de lluvia extrema. Las precipitaciones en Malasia no suelen conocer medias tintas y golpean con violencia desde el primer momento. Pero no fue así y los neumáticos de la mayoría acabaron destrozados en una pista que todavía no estaba suficientemente mojada. Raikkonen arruinó su carrera con una mala elección. Todavía no llovía y ya llevaba un juego extremo que le hundió. El premio a la estrategia del día se lo llevó Toyota. Glock se atrevió con el compuesto intermedio en la entrada de la vuelta 22 y empezó a ganar posiciones mientras el resto sufría. Rodaba en 1.53 cuando nadie bajaba de los dos minutos por vuelta y así escaló hasta el podio antes de que llegase un diluvio de dimensiones bíblicas. Charlie Whiting tuvo vista para frenar la carrera sin que la sangre llegase al río. Mantener el coche sobre el asfalto era misión imposible. En BMW también estuvieron finos y sólo necesitaron una parada para colocar a Heidfeld en el podio. Los dos Brawn entaron cuatro veces cada uno. Catapultado por su difusor cuasi mágico, Button paró por última vez en la vuelta 32 y retuvo el liderato. No le habría hecho falta porque, la clasifiación final se obtuvo del giro 31, el penúltimo paso por meta antes de la suspensión.
Cuando arreciaba la tormenta, el coche de seguridad neutralizó la carrera. No hubo tiempo para más porque unos segundos después se consumaba el prematuro final. El torrente no cesaba y los pilotos no lo tenían claro. Preferían dar por terminada la carrera antes que comprometer su seguridad. Para cuando amainó apenas se veía ya en Sepang y el director de carrera puso fin a las dudas. Aquello no se reanudaba. Fernando Alonso andaba preocupado por no perder el vuelo ante el retraso acumulado entre tanta indecisión. Había terminado con un insípido undécimo puesto y al menos el menguado reparto de puntos le dejaba mucho menos lejos de lo que merecería sólo por el rendimiento del R29. Su única alegría del día se la dio el Kers, al que sacó partido por primera vez. El asturiano protagonizó una salida como las de antaño. Desde la novena posición partió por la parte limpia pegado a Raikkonen. Vio cómo a su derecha Kubica se quedaba clavado y avanzó por la interminable recta de Sepang en busca de un hueco. Fue el primero en darse cuenta de que había sitio por el interior. Trazó una diagonal imposible, ganó la posición y salió de la melé tercero, detrás de Rosberg -que también había progresado por dentro- y Trulli. Pero con veinte kilos más que sus rivales y un coche inferior, Alonso era una tortuga y formaba caravana tras él. Aunque se resistió, no pudo evitar que, poco a poco, Button, Barrichello, Raikkonen y Webber le fueran adelantando. Eran las últimas bocanadas del asturiano antes de que la lluvia le dejase siempre en la pista con el compuesto menos adecuado.
lne
Buen repaso de la carrera de ayer de Álvaro periodista muy próximo a Fernando que lleva años siguiendo la f1 y es de mi pueblo, se queja de la hora de comienzo del Gran Premio y sus perjjuicios sobre la carrera, y hace una descripción genetal de lo que hemos visto ayer.
uEcclestone debe mirar también por el aspecto deportivo de su negocio, si hubiera puesto la carrera primero habría habido tiempo de finalizarla y que , si bien, hay un tiempo para acabarla una vez empezada, dos horas, el tiempo de bandera roja no se computa, si hubiera empezado a las 2 seguramente hubiéramos visto lo que nos ha hurtado su avaricia y seguro que iba a ser muy interesante
2 comentarios:
Bueno, creo que nos ahogamos todos. Un abrazo
Jajajaj, si nosotros nos ahogamos pero con una mano en el cuello jajaja
Un fuerte abrazo pro_mágica
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