Lo amargas que pueden ser dos medallas en un Mundial de ciclismo. Agridulces, cuanto menos. 'Purito' Rodríguez y Alejandro Valverde sumaron una plata y un bronce al palmarés de España, pero tan cerca estuvo el oro que la sensación de euforia no es completa. Quizá lo sea algún día, pero no hasta que haya cicatrizado la herida que abrió Rui Costa con su ataque en la última curva antes de línea de meta. El portugués, uno de los valores que suben con más fuerza, se proclamó campeón del mundo venciendo al sprint al corredor catalán.
La selección española jugó un papel muy discreto durante más de 250 kilómetros, pero compensó en la última vuelta al circuito de Florencia con un movimiento poderosísimo de Joaquim Rodríguez, que eliminó de un plumazo en la ascensión hacia Fiésole a todos los hombres rápidos. Se llevó consigo a un puñado de corredores, otros cuatro elegidos entre los que contaba con un compañero de equipo. La colaboración, a diferencia de otras ediciones, no tuvo fisuras.
'Purito' llegó con más fuerzas que nadie a esos últimos 15 kilómetros y no le importó derrocharlas con tal de soltar la incómoda rueda de Vincenzo Nibali. Lo consiguió en el descenso, un terreno al que habitualmente se acopla mejor el italiano. Nueve, 10, 11 segundos. La ventaja creció al tiempo que Valverde se negaba a colaborar con el héroe local. Sacrificó sus opciones a favor de Rodríguez, mucho más entero.
elmundo
!ENHORABUENA CAMPEONES!!!!!
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