martes, 25 de septiembre de 2012

Nuestro campeón del mundo, Freire, cuelga la bicicleta


Sus opciones de triunfo son inversamente proporcionales a su grado de concentración. Cuanto más despistado, mejor. Óscar Freire (15 de febrero de 1976, Torrelavega) es irrepetible. Se marcha del ciclismo, pero deja páginas magistrales.
Javier Mínguez, que fuera técnico en el Vitalicio, equipo con el ganó el primer oro en el Mundial de Verona'1999, le define muy gráficamente: "Óscar no se despista en los Mundiales porque son pruebas que siempre se disputan entre vallas".
En Lisboa'2001, en la víspera de la conquista de su segundo arco iris, se descolgó de su compañeros y se perdió en las afueras de la capital lusa, paró a un taxista y fue incapaz de explicarle en qué hotel estaba alojado, los únicos datos que aportó fueron que era blanco y con piscina. Tras desmontar la bicicleta y meterla en el maletero, taxista y corredor se fueron de ruta hasta que, cerca de las 21.00 horas, localizaron el alojamiento.
Cuando más distraído parece, más implicado se encuentra en la carrera. Sólo se siente seguro en el seno de pelotón. "Parece que nunca está, pero cuando llegan los últimos kilómetros y miras para atrás, siempre está ahí. No falla", reconoce el italiano Paolo Bettini, compañero, amigo y rival, con el que ahora compartirá condición de retirado.
El tres veces ganador del Mundial, igualando los registros de Eddy Merckx, Rik Van Steenbergen y Alfredo Binda, es imprevisible. Sus vacíos memorísticos forman parte de la leyenda, con su carga de ficción y realidad. Aseguran que en unas vacaciones se marchó con su mujer a Egipto sin billete de avión. Tan increíble como extraviar el pasaporte dos veces en el mismo día. Tras insistirle su esposa que había perdido el documento, se montó en la moto y se marchó desde su casa de Coldeiro (Suiza) hasta una comisaría de Milán para arreglar los papeles, en el viaje de regreso volvió a desaparecer.
Los exagerados dicen que después de tres meses saliendo con su novia, nunca se acordaba de su nombre. La pobre Laura se desesperaba con los desplantes y la carencias de detalles del corredor.
Freire es un ciclista extraño, único su especie. Despreció el Tour, la Vuelta y el Giro. Prefirió las clásicas, esas pruebas tan hostiles al típico escalador español. Con tres oros y un bronce (Plouay'2000) en los mundiales, tres Milán-San Remo y con etapas en Vuelta y Tour, nunca se sintió suficientemente valorado en su tierra.
En su niñez careció de ídolos ciclistas, a él le privaban las chapas y el scalextric. Aquel niño de tres años al que estuvieron a punto de amputarle una pierna por una tuberculosis ósea, jamás soñó que en su Torrelavega natal levantaría un velódromo con su nombre. Ese crío enfermo se transformó en un atleta extraordinario. El fisiólogo del Mapei, Aldo Sassi, recuerda que se quedó impactado con el español: "Es único. Tiene cuerpo de escalador, 1,71 metros y 65 kilos, pero es un esprinter y puede desarrollar una fuerza extrema en distancias cortas. Es un fuera de serie, muy potente. Le analizamos en un sprint y en 100 metros y con 12 o 13 pedaladas, ganó entre siete y 10 metros al adversario. Eso es increíble".
El pequeño y musculado velocista cántabro atesora unas condiciones excepcionales. Con sólo 11 días de preparación fue convocado por Francisco Antequera para el Mundial de Verona de 1999, una locura, pero él fue capaz de doblegar al 'sprint' a Markus Zberg y Jean Cyril Robin. Durante una temporada nunca ha pasado de 70 carreras. La esencia en tarros pequeños. En Lisboa'2001 se presentó con una campaña pobre por las lesiones. En Verona'2004 fue el pionero en lograr el título por dos veces en la misma ciudad. Ayer, en Valkenburg plegó la bicicleta. Le echaremos de menos.

elmundo

Bendito despistado, es y será  nuestro campeón del mundo, deja la bicicleta, te echaremos mucho de menos CAMPEÓN DEL MUNDO!, gracias por hacernos felices!

2 comentarios:

Boris dijo...

Se va un gran campeonismo y me da la sensación de que jamas le llegamos a valorar, en España se mira mucho las grandes vueltas y a las clásicas que corría Freire se le dan menos importancia, en otros países es más valorado porque se valoran todo tipo de carreras. A ver cuando vuelve a surgir un corredor así.

silvo dijo...

Muy cierto todo lo que dices Boris, a ver cuandpo gtenemos alguien así, saludos