Hexacampeón de Roma, de nuevo número dos del mundo y doble ganador de Djokovic de manera consecutiva. Rafael Nadal dio un golpe sobresaliente en el Foro Itálico al imponerse al jugador serbio por 7-5 y 6-3 en dos horas y 19 minutos. La victoria llega poco después de vencerle también en Montecarlo. Dos éxitos en un plazo muy corto que cambian la tendencia establecida por el número uno del mundo, ganador de siete finales seguidas, la última de ellas la maratoniana del Abierto de Australia.
El español parece haber encontrado el antídoto para superar a un adversario que le había tomado la medida. La final aplazada al lunes, en una superficie algo más lenta de lo habitual debido a la lluvia y con una grada que sólo se fue poblando según avanzaba la mañana, presentó a un Nadal soberbio (41 errores no forzados por 21 y 22 'winners' por 15 de Djokovic y Nadal, respectivamente), muy acertado en sus golpes, con escasos errores y una resistencia obstinada ante las acometidas del hombre que defendía el título conquistado el pasado año ante él.
Si entonces pudo iniciarse la inercia negativa de Nadal contra Nole, hoy pudo abrirse un período nuevo, a tan sólo seis días del comienzo de Roland Garros. El zurdo, campeón en Montecarlo, Barcelona y Roma sin ceder un solo set buscará su séptimo título en París pleno de convicción. La derrota en los octavos de Madrid contra Verdasco ha de considerarse así un paréntesis motivado por la adversidad de la inestable tierra azul.
Djokovic se desquició tras una bola cantada mala en principio y rectificada después, con 30-30 y 5-4 de su lado en el set inicia, que pudo haberle dado punto de set. Fue una derecha a la línea. Perdería la réplica del punto, el juego y el set. En medio, una raqueta rota, síntoma de su irritación. Perdió su saque de inicio en el segundo y dejó pasar cuatro oportunidades para recuperarlo. Volvió a gozar de tres pelotas de ruptura en el cuarto, también frustradas por un Nadal irreductible. Jugando de un modo mucho más directo, consciente de que debía asumir riesgos extremos si quería dar la vuelta al partido, Djokovic no quería irse con un resultado tan doloroso como el 6-3, 6-1 de Montecarlo.
Es también el vigesimoprimer Masters 1000 de Nadal, que rompe la igualdad establecida por Roger Federer al vencer la pasada semana en Madrid. Es su título número 49, trigesimocuarto sobre polvo de ladrillo, con lo que queda a cinco de Thomas Muster. Prácticamente indiscutible como el mejor de siempre en este terreno, tiene a tiro superar al hexacampeón Borg en Roland Garros y consagrarse sin discusión alguna como el más grande de la historia en esta superficie. Allí, sólo se mediría con Djokovic en una hipotética final, con un adversario al que ya ha vuelto a aprender a derrotar.
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