La quinta ya está aquí. Dos menos que Suecia, a cuatro de Gran Bretaña y Francia. Aún muy lejos de las 28 de Australia y las 32 de Estados Unidos, que hicieron acopio cuando la Copa Davis se disputaba por el sistema de 'challenge round' y el campeón de un año esperaba rival en casa en la final del siguiente curso sin disputar eliminatoria alguna. Llegó con más suspense del previsto, pues Del Potro se apuntó el primer set ante Nadal y tuvo 1-0 y 40-0 en el segundo. Ahí murieron sus esperanzas, apoyadas por un mal comienzo del español, que cedió su saque en cuatro ocasiones consecutivas, antes de encadenar cinco servicios favorables en blanco.
España sigue siendo el mejor equipo del siglo XXI. Campeona en 2000, 2004, 2008, 2009 y 2011. Se dice pronto. Lo que pareció durante tanto tiempo un sueño imposible es ahora una feliz costumbre. El mejor equipo del mundo. El mejor tenis del planeta. El más fiable valedor en la competición, Rafael Nadal, que encadena 19 victorias consecutivas en individuales y no pierde desde su debut, en 2004, en Bratislava, ante Jiri Novak. No habrá quinto partido al haberse consumido cuatro sets en el cuarto. La historia guarda el 3-1 como resultado de la final.
Al igual que hace tres años, en Mar del Plata, España se ha cruzado fatalmente en el porvenir argentino. La Davis es todavía un imposible para una de las grandes potencias de este deporte, finalista también en 1981, 2006 y 2008. Del Potro puso el alma, como en su cita del viernes ante Ferrer, tentativa frustrada después de cinco horas. Con un bajísimo porcentaje de primeros saques, Nadal, que jugó infiltrado por sus problemas en el tendón rotuliano, no podía detenerle. El gigante de Tandil pegaba quieto, demoledor.
'Tito' Vázquez se mostraba muy activo en la banda, apoyando al chico y litigando con los jueces cuando considerase oportuno. La marea albiceleste crecía, no sin cierta incredulidad ante lo que estaba ocurriendo. Viéndoles caminar por la bocana, hacia la pista de La Cartuja, nadie diría que 'Delpo' iba a poner en duda el desenlace. El argentino apareció primero, cabizbajo, a paso lento, como si temiera lo que se le podía venir encima. Nadal lo hacía con la danza pugilística que le caracteriza en los prólogos, sugiriendo casi que emergiera la banda sonora de 'Rocky' por la megafonía, como así fue.
Pegando sin miedo a perder
Hubo que esperar para ver al fajador en acción. Salió del callejón reseñado hace unos párrafos y puso la directa. Según avanzaba el segundo set, su rival perdía fuelle, dejaba pasar los juegos al resto a la espera de buscar su suerte en el desempate. Sabía que la victoria estaría aún más lejos a medida que el partido se dilatara. Necesitó más de una hora en el 6-1 inicial.
El argentino se amarró a la arena. No estaba muerto. Empezó a pegar como quien ya no tiene nada más que perder. Levantó el puño varias veces, en un salto de vértigo cuando tomó ventaja en el cuarto por 4-3. Y con él, recobró decibelios el enorme coro de devotos, que en momento alguno se había rendido. Ferrer abandonó el banquillo por lo que pudiera pasar. Quedaba la eventualidad de tener que jugarse la final ante David Nalbandian.
"Esto es Rocky VI", exclamaba una de las voces albicelestes. Del Potro sacó con 5-3 para igualar a dos sets, pero le tembló la mano con 30-30 y cometió una doble falta que acabó por costarle definitivamente el partido en un decisivo 'tie-break' controlado por Nadal de principio a fin. El argentino se quedó como inevitable espectador doliente de la orgía de júbilo y banderas, de las proclamas patrias, entusiastas, consiguientes al tamaño del éxito. ¡España, pentacampeones de la Davis! ¡Pentacampeona del mundo!
elmundo
ENHORABUENA,esta generación no para de darnos alegrías, !cuanto vamos a echar de menos a Rafa cuando no esté!, FELICIDADES CAMPEONES
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