El balonmano femenino se aupó al fin al podio en un Mundial, con un bronce que supo a oro en Sao Paulo. La selección de Jorge Dueñas venció a Dinamarca en la final de consolación (18-24), donde por encima de todas brilló la portera Silvia Navarro. Una gesta que supera incluso la plata del Europeo 2008 y el cuarto puesto en el Mundial 2009.
Más tarde, Noruega logró el oro al vencer a Francia por 32-24 en la final. Conquistó su segundo título mundial consecutivo, después de la medalla de oro en Pekín y los últimos cuatro Europeos.
España vivió una tarde para la historia en el Gimnasio Ibirapuera. La euforia se transformó por momentos en lágrimas de emoción, con todas las jugadoras bailando en torno al seleccionador. Juan de Dios Román, presidente de la Federación, tampoco dudó en bajar al parqué y participar del éxito.
Fue un triunfo basado en una defensa que ahogó a Dinamarca, resignada tan sólo a nueve goles en cada periodo. Además, la inspiración bajo palos de Navarro (19 paradas en 35 lanzamientos) y el pulso firme de Carmen Martín en los penaltis (siete intentos sin fallo) también resultaron cruciales.
Dinamarca, triple campeona olímpica entre 1996 y 2004, se hundió al comienzo de la segunda parte, justo cuando amasó su mayor ventaja (12-10 en el minuto 35). Desde entonces, encajó un parcial de 0-6 en nueve minutos, con tres goles de Martín y otros tres de Nerea Pena. Desde entonces, las españolas supieron mantener la calma y superar un parcial de 2-0 para el 16-20.
El tiempo muerto de Dueñas y la inmediata réplica de Macarena Aguilar frustraron cualquiera amago de reacción. Era tiempo de celebrar el primer metal mundialista, tan sólo dos años después de perder en China la final de consolación ante Noruega. Ahora, el objetivo inmediato son los Juegos de Londres, aunque la plaza hay que cerrarla en el próximo Preolímpico.
elmundo
Es de un mérito tremendo el de nuestras chocas que ya se codean con la altura del balonmano, ENHORABUENA, vamos que podéis
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