domingo, 1 de diciembre de 2013

A partir del martes la exposición de Fernando Alonso junto a la Plaza Castilla


El guardia jurado del aeropuerto de Guarulhos no entendía qué ocultaba esa caja blanca de madera que pitaba en el detector de metales. La pasó dos veces, mientras el portador aguantaba paciente. El objeto recordaba a los portavírgenes que se movían, y mueven todavía hoy, de casa en casa en los pueblos. Junto al candado, una pequeña pegatina con la referencia '3 clas.' Al final, el escáner desveló el misterio. Por la cinta, el pasado lunes avanzaba el trofeo de tercer clasificado en el Gran Premio de Brasil de Fernando Alonso. Hoy la copa reside en la vitrina que corona el recorrido de la exposición que está a punto de inaugurarse en Madrid, la muestra que apunta a gran evento de las Navidades en la capital, como años atrás lo fueron los Guerreros de Xian o los secretos de Pompeya.
El martes se inaugura en el Centro de Arte Canal la Fernando Alonso Collection, el primer repaso oficial a la trayectoria del doble campeón del mundo. Un viaje espectacular a través de los recuerdos que definen la vida profesional de uno de los iconos del deporte español. Un despliegue visual e interactivo de delicioso aspecto para todos los públicos, no sólo para los aficionados a las carreras.
Es difícil encontrar una colección similar de ninguna estrella de la competición, tan completa, tan mimada, tan colorida, donde destacan los coches que ha pilotado el asturiano desde que apenas hablaba, siendo un crío, con tres años. Los karts, los monoplazas y, sobre todo, los Fórmula 1 se erigen como auténticas joyas de la exposición que el público podrá visitar desde el próximo martes hasta el mes de mayo en las naves que el Canal de Isabel II tiene junto a Plaza de Castilla.

El kilómetro cero

Allí, desde el gran depósito de agua, lleva días ya mirando fijamente un Alonso gigantesco que anuncia la llegada de su ajuar. Sus ojos vigilan desde el norte de la ciudad, los mismos -intensos ya- que miran desde su primera licencia de piloto, la reliquia que abre el kilómetro cero de la muestra. Un rubiete de tres años, con los mofletes colorados, aguarda tímido en el carné oficial de la Federación Internacional que ya le permitía participar en carreras. Ahí, en esa primera infancia, en Oviedo, a mediados de los 80, arranca la aventura de este competidor salvaje, pilar de la edad de oro del deporte nacional y casi pionero en una competición donde, hasta su irrupción, la presencia de los españoles había sido testimonial.
Con él, este país ha aprendido Fórmula 1, negocio británico, de leyendas italianas y dólares del petróleo. Su trajín de los últimos 13 años en la elite queda reflejado en sus trofeos, volantes y monoplazas en los que ha ganado, perdido, gritado de rabia y de gozo. El pasado miércoles, Alonso caminaba despacio por los salones de la exposición. Repasaba detalles, admirando la majestuosidad con la que descansan sus coches, brillantes, con las pegatinas y formas que ahora parecen antiguas. La fotografía exclusiva que ilustra esta página caza al protagonista ensimismado entre sus dos bólidos azules con los que fue campeón del mundo en 2005 y 2006, aquellos Renault que pintaron la alonsomanía.
El piloto, que el lunes cortará la cinta en el Centro Arte Canal, ha estado en todo momento muy encima del proceso de selección de material, sólo una parte de su enorme botín, ya que el espacio limitaba el número de objetos a enseñar. Ha tenido que seleccionar un buen puñado de los 95 trofeos recibidos en tantos podios desde 2003. Más difícil aún ha sido dar con algunos de sus karts infantiles, vendidos entonces por necesidades económicas. En el padre del piloto, José Luis Alonso, se esconde el impulso de esta colección, atento desde el primer día a cuidar y guardar los recuerdos de la pasión y después oficio de su hijo.
La recolección no ha sido sencilla. Se han visto obligados en algunos casos a seguir el rastro de algunos elementos hasta subastas en el extranjero. Así consiguieron una de las piezas rara avis de la exposición, un mono verde de Jaguar, donde realizó una sesión de pruebas en 2002. Otra figura de valor único es el motor original del R25, con el que ganó su primer Mundial.

elmundo

Gran artículo de Jaime Rodríguez en elmundo que explica lo que podéis ver el martes, a disfrutarlo, espero verlo todo en La Morgal

2 comentarios:

Sonia dijo...

Ya estoy contando los días para visitarla, si puedo este fin de semana mismo,me hace mucha ilusión. Besines!

silvo dijo...

A disfrutarla, yo la espero en La Morgal, ganas tengo de que esté ahí, besines Sonia!