viernes, 4 de marzo de 2011

Fernando: 'Me doblaron coches, no otros pilotos'



Nervios de novato y pulsaciones a mil por hora a los mandos del volante menos deseado de la parrilla, con apenas 30 kilómetros de rodaje sobre una pista de avión y un fin de semana de entrenamientos como puesta a punto. Demasiado calor en Melbourne. Un mono huérfano de patrocinadores que pesa cada vez más. La impresión es enorme al cruzarte por el paddock de Albert Park con el tricampeón Michael Schumacher, nada que ver con su imagen en la televisión. O con el imperturbable Mika Hakkinen, el campeón destronado. Todo un lujo el motorhome de Ferrari. Nada que envidiar al hopitality de McLaren. "Quién sabe si algún día...". No hay nada que impida pensar que todo es un sueño. Sin embargo, apenas hay tiempo para disfrutar del momento. En España, y sobre todo en Oviedo, miles de personas han madrugado un domingo para seguir la carrera. No se puede fallar.

Es el turno de la pertinente foto oficial de cada curso. Tarso Marques, compañero de escudería, a la izquierda. Olivier Panis, volante de BAR Honda, a la derecha. Provoca vértigo echar un vistazo desde lo más alto del banco. Lluvia de flashes desde el tercer peldaño, con Ferrari y McLaren en el mismísimo corazón de la instantánea. A Kimi Raikkonen apenas se le nota el cartel de recién llegado. Incluso parece más tranquilo que muchos otros veteranos. Juan Pablo Montoya no puede decir lo mismo...

La motivación es extrema y la tensión crece según se acerca el momento de pisar el 'pit lane'. Abrazo de ánimo e inyección de moral de Joan Viladelprat, director de Prost y Joaquín Verdegay, comisario de la F1. También de Marc Gené, probador de BMW Williams después de dos brillantes años en Minardi, donde fue nombrado 'debutante del año'. Por ahí emerge la mirada cómplice de Flavio Briatore, patrón de Benetton. "Su apuesta de futuro de cinco años y la cesión a Minardi puede ser positiva". Las reflexiones, casi infinitas, sólo son interrumpidas por los mensajes de ánimo de Paul Stoddart, magnate de la aviación y reciente dueño del equipo.

Gustav Gruner, ingeniero del equipo, da el OK. Pulgar arriba. El casco aprieta más de la cuenta y el 'cockpit' (cabina) se estrecha por momentos. Pero ya no hay marcha atrás. Apenas se distingue el semáforo desde la 19ª posición de la parrilla. Hay que tener calma. Últimos segundos para que arranque la carrera. Tres, dos, uno... Luz verde. Aún toca esperar turno a la zona lenta. Mirada clavada en el alerón trasero del Benetton de Giancarlo Fisichella. La vista da para poco más.

Tras unos interminables instantes de espera, el oscuro Minardi número 20 echa a rodar. Hay pista libre. El corazón se dispara y la mente inicia un viaje contra sí misma. La consigna es clara: hay que finalizar la carrera y cometer el menor número de errores. Primer paso por meta, los nervios amagan con aplacarse... "Lo más difícil ha sido la primera vuelta, porque se hacen tres hileras de coches y hay que saber cuál es la buena".

Todo marcha tranquilo... Mucho más tras superar a Fisichella, compañero en Benetton Renault y rival durante la temporada. Pero toca entrar a boxes. La primera visita al garaje. La sangre vuelve a bullir. Algo va mal. "No se me olvidó darle al botón [limitador de velocidad], las luces [de aviso] estaban encendidas, pero el coche corría mucho". Los jueces anuncian una sanción. Es para el Minardi número 20. 'Stop and go' de 10 segundos. El sabor de la primera 'multa' en la Fórmula 1.

La salida de boxes parece sencilla pero... "He hecho perder un puesto a Barrichello (Ferrari), pero es que no se veía por el ángulo de los retrovisores cuando he ido a salir". Gesto de recriminación del segundo del brasileño, el segundo de a bordo en la 'Scuderia'. Hay que olvidarlo cuanto antes. Irrumpe el 'safety car' pero es difícil saber qué ha ocurrido. Instantes después un escalofrío recorre todo el cuerpo después de ver el BAR Honda de Villeneuve hecho trizas... Parece que los pilotos están bien, aunque algo ha pasado con uno de los comisarios.

Faltan pocas vueltas y el sueño de cumplir los 58 giros al trazado de Albert Park está cerca. Es momento de apretar los dientes. "No tenía nada que conservar en el coche. Si se rompía, se rompía. He ido tan rápido como he podido". Michael Schumacher entra en meta con poco más de un segundo de ventaja sobre David Coulthard. Aún quedan dos vueltas. Sin duda, las más duras y extenuantes.

Una carrera de eliminación
La carrera parece más una prueba de eliminación que de velocidad. Por el camino, nueve pilotos han quedado fuera de combate. Cinco por avería [Mazzacane, Trulli, Montoya, Marques y Button] y cuatro por sendos accidentes [Villeneuve, Ralf Schumacher, Hakkinen y Bernoldi]. Última vuelta. Cinco kilómetros para disfrutar. Mensaje radiofónico de ánimo del jefe Paul Stoddart. Terminar es casi un milagro, hacerlo en la 12ª posición, una gesta. Curva a la derecha antes de enfilar la recta principal. Frena el coche y el corazón vuelve a dispararse. "De modo que uno se siente así...".

Misión cumplida. Ahora la obsesión es bajar del monoplaza. Aparcar el bólido y confirmar que no ha sido un sueño. Último rugido del motor antes de quitar el contacto. Fuera casco y pie a tierra. La sensación es extraña pero placentera. Una toalla amiga liquida el sudor y toca saborear un debut para recordar. Así lo confirma Joan Viladelprat, satisfecho por el octavo puesto del Prost de Luciano Burti.

Es hora de ir al motorhome a descansar y celebrar el logro en la justa medida. Allí acude también la prensa extranjera, que no para de hacer preguntas casi con incredulidad. Les resulta difícil de asumir que con sólo 19 años y una experiencia casi nula, alguien pueda terminar un gran premio con este coche. Mucho más haber terminado por delante de sus 'compañeros' en Benetton Renault, Button (abandono) y Fisichella (13º), y rodar al rimto de los Arrows y los Jaguar. "Si me doblaron en igualdad de condiciones, me hubiera bajado, pero me han doblado otros coches, no otros pilotos".

Así pudo vivir Fernando Alonso su desembarco en la Fórmula 1. Luego llegaría la primera victoria en Hungaroring (2003), el golpe al Mundial (2005) y un segundo título consecutivo (2006). Y también llegó el fichaje por McLaren (2007) y su traumático año junto a Lewis Hamilton y Ron Dennis. Y su regreso a Renault, a los brazos de 'papá' Briatore (2008). Y el sonado fichaje por Ferrari (2010), donde a punto estuvo de volver a ser campeón en su estreno. Diez años de batallas, lamentos y sonrisas. Diez años de récords con los que mirar cara a cara a los Senna, Prost, Schumacher y compañía. Por suerte, aún queda

elmundo

Emocionante descripción de la primera carrera de Fernando, comenzaba en la F1 alguien especial, FERNANDO ALONSO,le adelñantaban coches ya que él era y es un GRAN PLILOTO, dejo una URL en la que se puede ver un bonito vídeo, URL:

http://www.elmundo.es/elmundodeporte/2011/03/03/motor/1299163962.html

6 comentarios:

Sonia dijo...

que gran descripción, parece una película. Somos afortunados de tener a un campeón como Fernando. Cuando se retire (que espero que sea dentro de mucho, mucho tiempo)la Fórmula 1 ya no será lo mismo sin él.

Besos!

silvo dijo...

Lo narra de una forma geniasl, sí, se le va a echar mucho de menos, besos Sonia!

cavallino dijo...

Qué tío...

Esa frase de Fernando es genial, digo la de los coches y los pilotos.

Cuando él no esté, la F1 no será lo mismo, estoy de acuerdo con vosotros.

silvo dijo...

Es que era cierta, a coches iguales si le adelantarían los pulotos pero comnn lo que tenía no, le vamos a echar mucho de menso, etoy seguro, un abrazo y gracias cavallino

nitroxdiver dijo...

el rato que alonzo se retire de la formula 1 en ese momento es cuando volvera hacer lo que era ya que alonzo es el mas antipatico de todos los pilotos

silvo dijo...

Te aseguro que no es así, le conozco, saludos