La temporada prodigiosa

MADRID.- Sí, 108. Han leído bien. 108 records del mundo de natación se han batido en 2008: 55 en piscina olímpica y otros 53 en piscina corta. Ninguna otra disciplina en ningún momento puede presumir de tales registros. Ni siquiera la propia natación, que tenía su tope en 1976, cuando se batieron 61 plusmarcas, muchas de ellas a la sombra del dopaje auspiciado desde la RDA. El responsable, claro, no es sólo Micheal Phelps. La cifra, más bien, es consecuencia del desarrollo del bañador LZR Racer de Speedo.
Con el apoyo de la NASA nació un bañador de tres piezas -los anteriores modelos contaban con unas 30- y sin costuras -su unión se realiza con ultrasonidos- que reduce la resistencia al agua y mejora la oxigenación de los músculos, lo que supone ganar entre el 1,9 y 2,2% del rendimiento según el nadador.
El LZR Racer -leído laser racer- pugna incluso por ser el desarrollo más influyente de la NASA en 2008, en competencia con el décimo aniversario de la implementación de la estación espacial internacional o el éxito de la sonda Phoenix en Marte. Motivos para que en Speedo se sientan satisfechos, aunque las voces críticas se han hecho oir desde su presentación. La competencia argumentó entonces, y lo hace ahora, sus virtudes extra reglamentarias: aporte extra de flotabilidad derivado de la compresión de las partes blandas (pectorales, glúteos o muslos) y una mayor estabilidad del cuerpo al conseguir una postura más hidrodinámica.
La FINA dio su ok casi sin condiciones y las plusmarcas cayeron una detrás de otra. De los 25 records mundiales superados en Pekín, 23 los consiguieron nadadores ataviados con el LZR para obtener un total del 94% de los oros olímpicos.
Unos datos que apenas difieren de los logrados por anteriores desarrollos de Speedo: 53% de los metales en Barcelona'92 con el S200, 77% en Atlanta con el Aquablade, 83% en Sydney con el Fastskin... Los números conceden a sus creadores el único argumento válido contra la unión global de técnicos y federaciones. Si estos últimos hablan de dopaje tecnológico en la pelea por "el alma de nuestro deporte", desde Speedo argumentan la inevitable unión del deporte al avance industrial. "En 1928 sucedió lo mismo cuando pasamos de los bañadores de lana a los de seda o cuando retiramos la falda de las prendas femeninas", señala Jason Rance, director de desarrollo de la empresa.
Sin embargo, a la FINA no le ha quedado más remedio que aceptar las críticas. Sobre todo después de que el francés Amaury Leveaux se convirtiera en el primer hombre en bajar de los 45 segundos en los 100 metros libre en el Europeo de piscina corta con una renta de ¡1,68! segundos sobre el tercero o después de que su compatriota Alain Bernard pulverizase la marca de Pieter Van den Hoogeband de ocho años de longevidad en piscina olímpica dos veces en el mismo día en el Europeo de marzo.
Motivos suficientes para convocar una reunión en febrero de 2009 en la que se decidirá sobre la legalidad de los bañadores y de donde deberán extraer medidas para determinar no la validez sino la perdurabilidad de las plusmarcas establecidas, pues retirarlas no es una opción y, en caso de mantenerlas, no conseguirán superarse durante mucho tiempo.

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La sociedad avanza y con ella los materiales, esos bañadores sin costuras que ha aportado la NASA, han relanzado a los nadadores, creo que no hay que ser tan puristas, excederse por ese lado, es decir, que se tenga que hacer siempre con los materiales con que se comenzó a hacer un deporte, incluidos los de las piscinas, pistas de atletismo ertc..., ahora sí que nunca les falte el reconocimiento que deben de tener todos los campeones y batidores de records que hemos tenido, no decir que s mejor un nadador más actual que uno antiguo ya que entonces si que seríamos injustos, cada época sus campeones y nosotros, amantes del deporte a disfrutarlos.