Hungaroring se caracteriza por tener una superficie sucia y resbaladiza debido a que, a pesar de ser uno de los circuitos más populares de la temporada, no suele utilizarse para otras pruebas que no sean las de Fórmula 1. Por ello, el agarre en esta pista es un elemento imprescindible. Esto provoca una de las principales características de este trazado: su superficie polvorienta y resbaladiza se engoma a lo largo del fin de semana. Esto sitúa el agarre como un elemento imprescindible, por lo que Pirelli ha decidido traer a Hungría los PZero blandos y supersoft. Las 16 estrechas curvas de baja velocidad, similares a las de Montecarlo, convierten éste en un circuito ideal para la gama PZero más blanda, aunque ésta será la primera ocasión de la temporada en la que se enfrentará a temperaturas cálidas. Las temperaturas medias del pasado fin de semana se situaron entre los 26 y 27ºC, a pesar de la lluvia, algo que, en caso de mantenerse, obligará a los pilotos a conservar sus neumáticos en un circuito conocido por la dificultad de adelantamientos, como sucede en Mónaco. Así pues, los equipos tendrán una buena oportunidad de desarrollar estrategias de neumáticos y, a buen seguro, ésta será una de las claves del fin de semana. Los espectadores podrán ver mucha acción durante la prueba, ya que este trazado es visible en un 80% desde muchos puntos. La superficie de la pista tiende a ser bacheada, poniendo al límite la tracción
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Blandos y superblandos llevará Pirelli a Hungría, este circuito, tradiconalemente, premia la pole, así que los superblandos en calificación, aunque no se puede que llueva, y cambiarles nada más se degraden
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