En especial el fichaje de Sebastian Vettel, y cómo se fraguó. "Cuando fui informado de que Fernando salía, allá por el Gran Premio de Rusia, fui yo quien llamó a Sabie Kehm, manager de Michael Schumacher, para comentarla el interés del equipo y que hablara con Seb de ello. Luego fue el presidente Marchionne quien directamente convenció a Vettel", aseguró.
Precisamente sobre Alonso, Arrivabene solo ha tenido palabras de elogio. "No se puede culpar a nadie, sería injusto, ni Fernando ni nadie, le conozco muy bien, fue la situación general que tenía a todos bajo presión y en esa situación la gente se divide y trata de cubrirse las espaldas, lo que crea una corriente en el equipo. Acusar a Fernando no es mi intención, le tengo mucho respeto. Ni fue el coche de Räikkönen, ni fue tampoco el coche para Fernando".
Ferrari sigue sin lanzar las campanas al vuelo por su actual situación, pese a los prometedores test de pretemporada que está realizando tanto en Jerez como en Montmeló. "El objetivo no ha cambiado, dos victorias estarían muy bien, tres sería perfecto y con cuatro me voy andando descalzo cien kilómetros por Maranello. Hay que mantener los pies en el suelo y veremos durante el año que pasa", bromeó el ex capo de Phillip Morris, patrocinador de Ferrari desde hace varios lustros.
"Kimi es otro. El año pasado no sentía el coche, no estaba a gusto, especialmente en su zona delantera, pero este sí se adapta a su pilotaje, y que nadie olvide que es nuestro último campeón y que en Lotus ganó carreras. Aunque no se lo crean, le ví sonreír, no para de hablar, pensaba que estaba enfermo, pero no, está muy motivado, siente el coche de nuevo, y hasta un día se metió debajo del coche a mirar y tocar cosas".
Arrivabene asegura que de su mano han llegado algunos de los profundos cambios en la estructura del personal del equipo, especialmente con Simone Resta en el diseño y con Mattia Binotto al frente de los motores. "Había cierta división antes, muchas pequeñas parcelas que trabajaban en lo suyo sin contacto con el resto. Y a veces motores echaba culpa a chasis y viceversa. Ahora trato de que nadie tenga miedo a fallar, que haya constante comunicación entre todos porque este coche es el de Ferrari, no el de uno u otro. Si pasa algo la culpa es mía y me voy a casa".
El nuevo jefe de la Scuderia también reconoció que el veterano Rory Byrne, autor de los Ferrari de la era Schumacher, ha estado trabajando casi codo con codo en el desarrollo del SF15-T y que para todos, incluido el nuevo jefe técnico James Allison, ha sido un verdadero acierto contar con él. "Ahora no se trata de trabajar en cincuenta direcciones o ideas distintas sino apostar por un camino y hablar entre todos como un equipo".
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Pues acñarado, en Ferrari no se trabajaba correctamente
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